En su obra clásica de la década de 1970, Keith Muckelroy (1978) define un pecio como "el evento por el que un conjunto de artefactos, perfectamente organizado y dinámico, se transforma en un estado estático y desorganizado con estabilidad a largo plazo". (“the event by which a highly organized and dynamic assemblage of artifacts are transformed into a static and disorganized state with long-term stability”). El modelo de Muckelroy. |
Figura 1: Esquema que muestra el proceso de formación de un pecio, desde su concepción hasta la conclusión de la investigación arqueológica. La fase de estabilización, que aquí se cuestiona, está resaltada en color. |
La UNESCO y el ICOMOS Esta creencia es lo que, según algunos, se ha establecido como una política concreta en el artículo 2.5 de la Convención de la UNESCO sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, que establece que "La preservación in situ del patrimonio cultural submarino se considera como la primera opción, antes de autorizar o emprender otras actividades dirigidas a este patrimonio". Con un planteamiento idéntico, el ICOMOS, en el artículo 1 de la Carta para la Protección y Gestión del Patrimonio Cultural Sumergido (1996), declara que "El objetivo general de la gestión del patrimonio arqueológico debe ser la preservación de monumentos y sitios in situ”. La excavación debe evitarse en favor de la investigación no destructiva, con métodos no intrusivos. (Godfrey et al, 2004).
Como hemos visto, la conservación in situ no siempre resulta la opción más conveniente, y casi nunca lo es en pecios en aguas someras y de reciente hundimiento. Estos derelictos están muy expuestos a la acción degradadora del mar y todavía no han alcanzado la fase de estabilización. Además en ellos resulta técnicamente muy complejo y enormemente costoso implementar medidas de estabilización y protección. Pero, por otra parte, la extracción tampoco garantiza siempre resultados exitosos. Veamos ahora, para concluir, dos casos paradigmáticos de grandes proyectos, uno, ejemplo de éxito y otro, de terrible fracaso. |
Figura 2: El Vasa, ya expuesto en su museo |
El primero, es la extracción del navío de línea más poderoso de su época, el Vasa, de 64 cañones, construido por Gustavo II Adolfo de Suecia en 1628, hundido en Estocolmo el día de su viaje inaugural y rescatado el 24 de abril de 1961. Actualmente se encuentra expuesto en el museo homónimo en la isla de Djurgården en Estocolmo. Amplios detalles del proyecto pueden ser consultados en la página WEB oficial del museo Vasa: www.vasamuseet.se |
Figura 3: Planta y alzado del revolucionario "ironclad" USS Monitor |
Otro ambicioso proyecto, que a pesar de estar dotado de amplia cobertura financiera y mediática, es considerado por muchos como un grave atentado al patrimonio histórico, fue el llevado a cabo entre 1984 y 2000, por la NOOA (National Oceanic and Atmospheric Administration, la gran agencia federal norteamericana para la administración de la atmósfera y los océanos) para el “salvamento” del Monitor, el primer vapor acorazado con la artillería montada en una torreta. Un buque revolucionario que señala un antes y un después en la historia de la marina de guerra. Aunque en la página WEB de la NOAA dedicada al Monitor http://www.marinersmuseum.org/uss-monitor-center se respira un aire triunfalista y de autobombo, la comunidad científica y de buceadores norteamericana ha realizado duras críticas a la actuación que, para recuperar algunos elementos significativos del barco, ha desmantelado su estructura y provocado la total destrucción del pecio. Alguna de esas argumentaciones puede leerse aquí: atlanticdivers.websitetoolbox.com..1990 -monitor-project … Además, en la página WEB de Gary Gentile, uno de los más importantes expertos en pecios de la costa Este y un activista en el caso de la defensa del pecio del Monitor, desaparecida su página WEB www.ggentile.com, pueden encontrarse referencias a varias de sus publicaciones en: http://www.aquaexplorers.com/garygentilebooks.htm. Su postura se sintetiza en la frase:
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Bibliografía. (1) Muckelroy, K., 1976. The integration of historical and archaeological data concerning an historic wreck site: The 'Kennemerland'. World Archaeology 7.3 pp 280-289. (2) Muckelroy, K., 1978. Maritime Archaeology (Cambridge University Press). Pag. 157. (3) Quinn, R., ‘The Role of Scour in Shipwreck Site Formation Processes and the Preservation of Wreck-associated Scour Signatures in the Sedimentary Record – Evidence from Seabed and Sub-surface Data', Journal of Archaeological Science 33 (2006), 1419-32. (4) Stewart, D.J., ‘Formation Processes Affecting Submerged Archaeological Sites: an Overview', Geoarchaeology 14.6 (1999), 565-87. (5) Godfrey, I.M., Gregory, D., Nyström, I. y Richards, V.,‘In Situ Preservation of Archaeological Materials and Sites Underwater'. En F. Maniscalco (ed.), Tutela, conservazione e valorizzazione del patrimonio culturale subacqueo. Mediterraneum, volume 4 (Nápoles, 2004). Pag. 344. |