Naufragios en la costa de Telde (XXXVII): 'Michael Ging' (1927)


Litoral de Gran Canaria donde se produjo el varamiento del Michael Ging

Artículo publicado por Rafael Sánchez Valerón en: http://www.cronistasoficiales.com/?p=223032 el Jueves 20 de Junio de 2024

Buque de vapor español de 115 toneladas con matrícula de Barcelona, dedicado a la pesca en las costas de África. Sus capturas se conservaban en hielo y eran transportadas a Barcelona. Antes de producirse el naufragio, sus últimos movimientos en el Puerto de la Luz, recogidos en los registros portuarios, correspondían al 4 de mayo de 1927, día que regresaba de la pesca y el 14 de octubre del mismo año en tránsito desde Barcelona para la pesca.

Naufragio

Capitaneado por Vicente Calvo y con veinte tripulantes a bordo, en la madrugada del día 16 de diciembre de 1917, el Michael Ging navegaba por aguas cercanas a las costas de Gran Canaria, al norte del faro de Maspalomas, procedente del banco africano cargado de gran cantidad de pescado en hielo. Mal tiempo y una espesa neblina reinaban en la zona, cuando embarrancó en la playa del Romeral (Castillo), concretamente en la zona denominada Punta del Matorral, término municipal de San Bartolomé de Tirajana, en las cercanías de la actual central térmica. Sus tripulantes tuvieron que luchar denodadamente contra los elementos con la radio inutilizada, mientras una vía de agua inundó la bodega paralizando la maquinaria. Solo pudieron refugiarse en el pequeño puente del vapor cuando se produjo el incidente. Según manifestaciones del piloto de guardia, el accidente fue debido a que los fuertes chubascos y los horizontes nebulosos impedían ver las costas y los faros.

Salvamento y rescate

Los vecinos de la playa del Castillo se apresuraron a facilitar toda clase de auxilios y socorro, participando en el salvamento de los 21 tripulantes, encontrándose todos sanos y salvos. Conocida la noticia, la Comandancia de Marina ordenó en la misma noche que desde el Puerto de la Luz marcharan al lugar del accidente remolcadores con los elementos auxiliares necesario para el salvamento del buque siniestrado, Correspondió esta tarea al remolcador Océano con personal competente para inspeccionar las posibles averías y la posibilidad de remolque al Puerto de La Luz para su reconocimiento.

Los restos del naufragio

El buque encallado que se encontraba registrado en la Lloyd no pudo ser reflotado por lo que pasado un mes del accidente, el Centro de Navieros Aseguradores, licitó su salvamento bajo la fórmula No cure no pay (No hay pago si no hay salvamento). En el caso que el salvamento no se llegara a realizar, solicitaba proposiciones de compra de los restos del buque varado, admitiendo ofertas por escrito hasta el día 5 de febrero de 1928. Si se pasaba de ese día sin haberse contratado el salvamento, se procedería la adjudicación de sus restos al mejor postor, reservándose la Compañía el derecho de declarar desierto el concurso si las ofertas no alcanzaban el precio mínimo de su valor. Durante varios días de febrero y noviembre de 1928 apareció una nota publicitaria en la prensa local anunciando la venta de varios efectos sobrados del vapor pesquero, junto o por separado, consistente en redes, cables de arrastre, cabos alambrados, anclas, cadenas, faroles, bitácoras y otros muchos objetos, todos los cuales se hallaban depositados en los almacenes de la Compañía General Canaria de Combustibles en la calle Albareda del Puerto de la Luz. También se ponía en venta el casco del buque.

La voz popular

Pablo Guedes González, vecino de la localidad de Castillo del Romeral y conocedor de su historia, expone en su Web, que su padre, Pablo Guedes García, también vecino del lugar, le había transmitido que en la tradición oral del lugar los vecinos conocían a este buque como “el barco del pescado” y que había encallado frente a las salinas del Matorral, añadiendo que por 1950 se encontraban restos del barco a unas dos brazas de profundidad, donde su abuelo Pablo Guedes Sánchez y Manuel Méndez Saavedra trabajaron junto a un buzo del Puerto de la Luz en el rescate de sus restos, por aquella época altamente demandada la extracción de chatarra con explosivos.

FUENTES HEMEROGRÁFICAS

Diario de Las Palmas: 17-12-1927; 20-12-1927; 19-01-1928.
La Provincia: 9 y 10-2-1928

Rafael Sánchez Valerón es cronista oficial de Ingenio.