Naufragios en la costa de Telde (XXXV): 'Nuevo Teide' (1935)


 

 

Artículo publicado por Rafael Sánchez Valerón en: http://www.cronistasoficiales.com/?p=222131 el Jueves 6 de Junio de 2024

Nuevo Teide: Características y actividad

Construido en 1902 para armadores del norte de Tenerife, las características técnicas del barco protagonista de esta historia responden al modelo de pailebot (pailebote), embarcación de vela ligera (motovelero) parecido a una goleta sin gavias, muy usadas los siglos XIX y XX como mercantes o pesqueros. Se dedicó en una primera etapa al transporte de mercancías y personas entre islas. En la etapa que narramos, matriculado en Las Palmas como barco vivero viajaba a las costas de África para la pesca en singladuras de ocho o nueve días.

Propiedad

Fue propiedad de varios dueños, uno de los cuales era conocido por los marineros como el señor Gómez, siendo su patrón “Pepito Figuera”. Llevaba a bordo una tripulación de 18 hombres, todos expertos y duchos en la lucha del mar.

Encallamiento

Sobre las cuatro de la mañana del día 24 de mayo de 1935, cuando regresaba de uno de sus viajes de la costa de África, rumbo al Puerto de la Luz, al parecer por un error de situación al confundirse el timonel por el resplandor de las luces de Sardina del Sur, fue a parar sobre la costa de Arinaga en el lugar conocido por Risco Verde, quedando encallado en un tablero de roca. Como consecuencia del golpe, el barco se inclinó quedando completamente escorado, bañando las olas su cubierta.

Trágico accidente

Inmediatamente el patrón dictó las órdenes oportunas encaminadas a salvar la embarcación. Observando que en la pleamar el velero podía ser puesto a flote, mandó arriar un bote de salvamento cuyos tripulantes tenían la misión de disponer el barco para la maniobra de espiar, colocándole unos cables llamados en el argot marinero, espías, con los cuales se verificaría el remolque. Se aflojaron las cuerdas del bote y cuando éste bajaba hacia el costado del Teide, un golpe de mar imprimió a la pequeña embarcación arriada una imprevista oscilación. Junto con otros marineros se hallaban en la borda presenciando la maniobra el tripulante Antonio Santana Dévora, de 32 años de edad, quien al venir el bote en el impulso hacia adentro, recibió inesperadamente un fuerte golpe saliendo derribado violentamente de espaldas contra la cocina del barco, recibiendo una fuerte contusión en la región occipital quedando exánime sobre cubierta.

Traslado del herido

Con toda rapidez, el herido fue trasladado a tierra por sus compañeros, donde una camioneta que se encontraba en el lugar para cargar cal, lo trasladó al pueblo de Ingenio donde fue asistido de urgencia por el médico Vicente Boada, el cual, dada la gravedad del herido, ordenó que fuera trasladado con toda rapidez a Las Palmas. Para ello se contó con el chófer, el ingeniense Antonio Valerón Romero, reconocido tanto en Ingenio como en Agüimes, pionero del tránsito de viajeros en el sur, al igual que sus hermanos dedicados todos al transporte de mercancías y viajeros. En su automóvil nº 902 de matrícula, acompañado por tres de los tripulantes, entre ellos el joven Miguel Viera Martín, se efectuó el traslado. A su paso por Telde comunicaron al chófer que el herido había fallecido, pero continuaron su camino ante la posibilidad de que solo hubiera sido un colapso, llegando a la casa de socorro de Vegueta, donde fue atendido por el médico de guardia, Doctor Parrado, a las ocho de la mañana, el cual se limitó a certificar su muerte. En el lugar se personó el médico de la compañía de seguros, Rafael Juan Sintes, al igual que el Juez de Instrucción que ordenó el traslado del cadáver al domicilio de su familia, en el barrio de San Lázaro.

Movilización de las familias

La noticia de la desgracia corrió rápidamente por los barrios de San Lázaro y San Nicolás, donde residían varias familias de los tripulantes. El paso del cortejo por los riscos fue impresionante, llorando las mujeres inconsolablemente. En la casa de la víctima del suceso se produjeron tristísimas escenas, congregándose un público numerosísimo, que lloraba al muerto, reproduciéndose las escenas de dolor a medida que iban llegando sus hermanos.

La noticia

Al ser conocida la noticia en Las Palmas, muchos de los familiares de los tripulantes, temiendo por la vida de los suyos se trasladaron a Arinaga, entre ellas Dolores Martín, esposa de José Viera y su hijo Miguel. Padre e hijo ya se habían visto más de una vez en peligro de muerte en temporales y accidentes de la navegación. En una ocasión fueron dados por perdidos al rompérsele el palo mayor al barco que tripulaban en las costas de Cabo Juby.

La víctima

El marinero fallecido, Antonio Santana Devora, de 32 años de edad, era natural y residente Las Palmas de Gran Canaria, domiciliado del barrio de San Lázaro. Estaba casado con Pino Melián Gutiérrez. Dejó huérfanos a cuatro hijos, de 7, 6, 3, y 1 año. Era muy apreciado por su laboriosidad y honradez.

Antonio Santana Dévora, víctima del naufragio del Nuevo Teide

El triste final del Nuevo Teide

Posteriormente al incidente de Arinaga, el Nuevo Teide protagonizaría uno de los episodios más tristes de la emigración clandestina en Canarias hacia América durante la posguerra.

Pasada la Guerra Civil, abandona como puerto base el Puerto de la Luz para trasladarse durante un corto tiempo al de Arrecife, donde de nuevo se dedicó al cabotaje (carga general) entre islas, en una época de carencias y miseria, provocadas por las recién terminadas Guerra Civil Española y Segunda Guerra Mundial donde muchos jóvenes intentaban abandonar Canarias a la busca de mejores condiciones de vida, especialmente en Venezuela. Para tal fin se prestó el antiguo barco con tal demanda de emigrantes que una vez admitidas 286 personas el capitán Pedro Expósito se negó a admitir más pasajeros. Desde el puerto de la Caleta en Fuencaliente de La Palma partió con dirección a Venezuela el 7 de abril de 1950 en un viaje lleno de vicisitudes desde los primeros días al tropezarse con un temporal. A medida que avanzaba la travesía el agua tuvo que ser racionada, pasando del medio litro para cada persona diaria a un cuarto, con una única comida. Entre los días 21 al 26 de abril se pasó por una etapa crítica, donde el capitán amenazaba con volver a Canarias. Después de avistar varias islas del Caribe, el día ocho de mayo arribaron al puerto de La Guaira en Venezuela, después de haber utilizado aceite de comer para el motor auxiliar. Tras una travesía de treinta días, el Nuevo Teide fue requisado por las autoridades venezolanas.

Rafael Sánchez Valerón es cronista oficial de Ingenio.