Trayectoria aproximada del Tikonko 7 (Infografía GRAFCAN) |
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Artículo publicado por Rafael Sánchez Valerón en TeldeActualidad. Domingo, 17 de agosto de 2014 Tiempo de lectura: 5 min Las actuaciones de los vecinos del litoral de Telde en el salvamento de náufragos Las acciones espontáneas y desinteresadas de vecinos y marineros del litoral de Telde, desde La Garita hasta Gando, han tenido un especial protagonismo en el salvamento de los náufragos de los distintos barcos siniestrados en estas costas, especialmente los que fueron víctimas de la temida “baja de Gando”, desde que encalló el primero del que tenemos noticias, el “Senegal” en la playa de Salinetas, allá por 1880, hasta el último, el “Tikonko 7”, protagonista de nuestra historia, embarrancado y hundido en los arrecifes del Ancón en 1999. A todos los que han participado en las tareas salvamento y rescate se les debe un especial reconocimiento. Las fuentes documentales y los testimonios orales Para documentarnos, junto a las escasos fuentes escritas a las que se ha tenido acceso, esta vez hemos podido contar con los testimonios de Juan Manuel y Ruymán Zurita (padre e hijo) que nos han narrado la odisea del “Tikonko 7” desde que fue avistado desde la playa de Ojos de Garza hasta que encalló en uno de los arrecifes del paraje costero del Ancón, en la entrada al “Corral de Falcón”, de cuya descripción son especiales protagonistas, por haber vivido el acontecimiento en primera persona. El Ancón o Los Rajones Sirva este relato para dar a conocer el lugar donde el destino envió al “Tikonko 7” en su última singladura. “El Ancón”, para los teldenses y “Los Rajones” para los ingenienses es una zona del litoral costero de Telde que va desde el sur de la playa de “Ojos de Garza” hasta la “Punta de los Chirlos”, con acantilados, arrecifes y dos pequeñas radas; orientado a barlovento y por tanto azotado por fuerte oleaje la mayor parte del año. Toda la zona posee una rica y variada toponimia que con el paso del tiempo se ha ido deformando o bien ha desaparecido. De norte a sur, empieza en la Punta Salvaje y continúa por la Raja Grande, Soco de la Piedra, Paso Caleta, Corral Chico, Morrete Negro, Corral de Falcón y termina en la punta de los Chirlos (o los Chislos) que en algunos mapas aparece con el nombre de Punta del Ámbar. La ensenada del Corral de Falcón (lugar donde encalló el “Tikonko 7”) es muy importante desde el punto de vista etnográfico, pues antiguamente se utilizaba para atrapar los peces que quedaban encallados en la bajamar en una pared construida al efecto, cuya ancestral costumbre ya perdida, merece un capítulo especial. El “Tikonko” 7 El “Tikonko 7” era un pequeño barco pesquero de bandera de Sierra Leona de 21 metros de eslora y 71 toneladas de registro bruto. Estaba consignado por Guillermo Brito; A bordo viajaban nueve tripulantes, siendo el patrón y el segundo orientales. El último periplo del “Tikonko 7” Era una tarde de un sábado 7 de enero de 1999; el pesquero “Tikonko 7”, regresaba de los bancos de pesca saharianos, navegando con viento a favor, después de haber capeado un temporal en la zona, dirigiéndose hacia el Puerto de la Luz, cuando se produjo en la amura de babor una vía de agua, al decir de distintos testimonios orales producida al haber chocado contra la “Baja de Gando”; sin embargo no hemos encontrado documentos escritos que lo confirmen ya que la prensa de la época comenta que la vía de agua se produjo “por causas desconocidas”. Desde el barco se emitió una señal de auxilio captada por el Centro de Salvamento Marítimo. El patrón, puso rumbo al norte posiblemente con la intención de llegar al Puerto de la Luz, navegando cerca de tierra. Cuando se encontraba a la altura del llamado “Morro Gordo” (cabo entre las ensenadas de Tufia y Ojos de Garza) los motores se pararon y el buque inició un desplazamiento a la deriva hacia el sur llevado por la corriente que lo arrastraba irremediablemente a los arrecifes del Ancón con una cada vez más alarmante escora. La confusa maniobra del barco así como su inclinación y el denso humo que salía de cubierta causó extrañeza en las personas que lo contemplaban desde la Playa de Ojos de Garza. Entre ellos se encontraban nuestros informantes que rápidamente prepararon una pequeña barquilla y se dispusieron a acercarse al barco para ver de qué manera podían ayudar; teniendo en cuenta la poca capacidad de la barquilla y habiendo divisando en lontananza al pesquero “Pino” hacia allá se dirigieron. El “Tikonko 7” se encontraba aproximadamente en medio de la bahía de Ojos de Garza con tal inclinación que se le suponía su hundimiento inmediato, cuando los pasajeros procedieron a abandonarlo y ser izados a bordo del “Pino”, siendo trasladados al muelle de Taliarte donde fueron desembarcados. Durante el rescate un helicóptero de salvamento sobrevolaba la zona sin que tuviera necesidad de intervenir. El “Tikonko 7” cada vez más escorado seguía desplazándose en busca de su fatal destino justo en la dirección hacia el “Corral de Falcón” a donde no pudo llegar pues chocó con un arrecife, perfectamente visible en la bajamar a solo unos cincuenta metros de la orilla quedando embarrancado entre las rompientes. Al anochecer, unidades aéreas y de superficie de Salvamento Marítimo se dirigieron a la zona del naufragio, donde intentaban recoger cuantos objetos pertenecientes al pesquero se encontraban a flote. Epílogo Abatido por el intenso oleaje el “Tikonko 7” aguantó varios días en la posición en que quedó cuando encalló, hasta que terminó por resquebrajarse y desaparecer a escasos tres metros de la superficie. En la actualidad, a pesar del poco tiempo transcurrido desde el naufragio, en los fondos de las aguas del Ancón, el “Tikonko 7” es un montón de hierros oxidados. |
Rafael Sánchez Valerón es cronista oficial de Ingenio. |